sábado, 19 de septiembre de 2015

Regalos sin fecha

"La manera de dar vale más que 
lo que se da"

Pierre Corneille

Imagen de la página Despilfarro, consejos para ahorrar dinero

Hay determinadas fechas, sea porque hay un cumpleaños o porque lo impone el comercio, en los que uno debe hacer regalos casi por decreto. Normalmente, acabamos corriendo a última hora a las tiendas, esperando que la inspiración nos lleve al regalo adecuado. Por desgracia, no suele ser así, y ese día encontramos todo menos lo que estamos buscando.

En cambio, en otra ocasión veremos casualmente justo lo que la persona necesita. Si es alguien con quien tenemos mucha relación, ¿por qué no sorprenderle con un regalo inesperado?. Es absurdo que la estima tenga que demostrarse en días prefijados.

Puede ser una excusa perfecta para salir a comer con esta persona y alegrarle el día. Tu gesto tiene valor precisamente porque es espontáneo. Especialmente si no dispones de mucho tiempo para compartir con ella, le demostrarás que le tienes presente y estás atento a sus gustos.

Cualquier acto de generosidad reporta más satisfacción al que lo ofrece que a su destinatario. Los pesimistas afirmarán que es por vanidad, seguramente para justificar que ellos mismos son poco proclives a dar. En cualquier caso, pensar en los demás es una noble actitud que estrecha nuestros lazos con el mundo y nos libera de nuestra prisión.

Muchas personas cometen el error de regalar aquello que a ellas les gustaría recibir. Elegir el regalo adecuado requiere una medida de intuición y otra de observación.


Para saber más

* (Varios). El arte de regalar. Nobel, 2000.

...

Me gustan las personas detallistas... más que "regalar", yo prefiero tener "detalles". Cositas simples, sencillas, incluso hechas por uno/a mismo/a con todo el amor del mundo pensando en esa persona en particular. Pueden ser tan maravillosos esos pequeños detalles.

Pero aquí, como en todo, también considero que se debe de guardar siempre un equilibrio. Lo comento precisamente por los más pequeños, porque una cosa es un detalle un día y otra muy distinta, pensar que podemos sustituir nuestra compañía con regalos... que lamentablemente es algo a lo que suele tender bastante gente. He visto cómo algunos niños esperan la visita de algún familiar porque les han acostumbrado a recibir un regalo cada vez que le ven... considero que el mejor regalo que puede tener un/a niño/a, sin lugar a dudas, es el placer de poder estar y compartir con él/ella; nada como eso.

Si esto lo tenemos claro, también debemos pensar en que un detalle no tiene porque pasar a ser algo material, así que nada mejor que dejar volar la imaginación y siempre pensando en qué puede hacer feliz a esa persona, dar con y desde el corazón... si se trata de un/a niño/a, tal vez pueda ser su postre favorito, un desayuno sorpresa, ir a montar en bici juntos, nombrarle tu ayudante para algo especial que podáis hacer juntos, una nota sorpresa en el almuerzo para que la vea en el colegio... Y si hablamos de un adulto, en función de la relación que tengamos con esa persona en particular: una flor, una cena sorpresa, un masaje, prepararle el desayuno y llevárselo a la cama, una tarde libre, un dibujo o una foto especial...

Personalmente, puedo decir que me hacen tremendamente feliz los pequeños gestos, porque demuestran que esa persona piensa en mí, me demuestra el cariño que me tiene y a mí me gusta hacer lo mismo, siempre dentro de las posibilidades de cada uno/a. No hace demasiado tiempo, una amiga me sorprendió enviándome un librito que comenté que andaba buscando... para ella fue un pequeño gesto, pero puedo asegurar que me emocionó infinito y quedó grabado en mi corazón para siempre.

¿Con quién pensáis tener un pequeño detalle este fin de semana?... o en los próximos días ;^).

¡Feliz Fin de Semana!.

Namaste.


Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.

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