viernes, 27 de marzo de 2015

Meditación

"Nos sentamos juntos, la 
montaña y yo, hasta que sólo 
queda la montaña".

Li Po


El término meditación posee tantas acepciones como caminos tiene la mente. Comprende desde la simple reflexión hasta las visualizaciones o los ejercicios de relajación..

Aunque normalmente se adscribe a las tradiciones orientales, su práctica no tiene por qué restringirse al yoga o al budismo. Cualquier persona puede beneficiarse de los efectos relajantes y equilibradores de la meditación.

El mundo interior es tan inmenso que merece la pena explorarlo. Para ello, no es indispensable familiarizarse con técnicas como la que se describe en el siguiente capítulo. Puedes indagar en los paisajes de tu mente mientras vas en autobús o preparas la comida. El "conócete a tí mismo" de Sócrates es una propuesta óptima para sacar partido a la vida y aprender de los errores.

Para adentrarse en cualquier territorio desconocido se requiere valentía, y la mente no es una excepción. Sólo si averiguamos cuál es la semilla de nuestros actos podremos prever el fruto.

Comprenderse implica entender también al prójimo. El universo es una tela infinita que cada uno teje con sus actos desde un extremo distinto. Todos dependemos de todos.

La mejor meditación es la que se prolonga más allá de la propia meditación.

Meditación: Piensa en lo que te une a los demás seres. Empieza por las personas más cercanas y extiende tu visión progresivamente hasta los animales y las plantas.


Para saber más

*Rinpoché Akong Tulku. El arte de domar el tigre. Dharma, 1997.
* Rodolfo Román. Meditación. Integral, 1999.

...

Nada como probar prácticas de meditación unos minutos al día, para notas sus resultados. Pero como todo, debe haber una constancia, más valen 5 ó 10 minutos todos los días, que 30 minutos cada 10 días. Y ojo, porque digo "prácticas de meditación" y no meditación sin más... Y es que alcanzar la meditación no es fácil, pero realizar ejercicios va domando tu mente y te va acercando a otros niveles de consciencia... nunca volverás a ser el/la mismo/a si tomas esta buena rutina en tu vida.

Dejo el enlace de un artículo tras un estudio realizado tras 8 semanas de meditación. Puedes verlo pinchando AQUÍ.

¡Feliz Fin de Semana!.

Namaste.




Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.

viernes, 20 de marzo de 2015

Respirar

"El hombre respira, aspira y
expira".

Víctor Hugo

Una respiración correcta es la base de la salud física y mental. Por el contrario, la respiración deficiente repercute en la salud, el estado de ánimo y el rendimiento laboral de manera negativa.


Al inspirar y espirar lenta y armónicamente, se permite una mayor oxigenación de los tejidos, lo cual redunda en un mejor tono vital y una juventud más prolongada. Los yoguis miden la duración de la vida por el número de respiraciones.

Lo ideal es respirar por la nariz de manera profunda, lenta, silenciosa y cómoda. Si se hace ruido al tomar o expulsar el aire significa que no se ha alcanzado un ritmo suficientemente lento y suave. El menor número de respiraciones queda compensado por la mayor profundidad de éstas. Por ello hay que implicar el vientre, el tórax y las clavículas de manera acompasada. Es lo que se llama "respiración completa". Asimismo, debe evitarse cualquier prenda de vestir que apriete. Un cuerpo en tensión se traduce inmediatamente en una mente inquieta.

La calidad del aire del que disponemos no siempre es la mejor, por lo que convendría acudir de manera periódica a una reserva de aire más puro. Podemos ir al campo a respirar como el que descorcha una botella de buen vino. Brindaremos por nuestra salud.

Pues que es imprescindible para la vida, respirar es tan importante como comer o beber. Merece la pena "darse un respiro".


Para saber más

* André Van Lysebeth. Pranayama. Urano, 1986.
* Sondra Ray. Celebrando la respiración. Neo-Person, 1993.

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Cuando "Yoga y Ser" tomó forma mi intención era compartir entradas relacionadas con el Yoga de forma periódica. En el camino de mi formación y evolución, pronto me encontré con que tenía la impresión de que todo lo que pudiera intentar compartir aquí, se quedaría excesivamente "corto", por decir algo. Hablar de un asana, no es hablar de Yoga, porque es sólo una ínfima parte de lo que se ve. Digo "se ve" con toda la intención, porque lo que suele llegar es la parte física de dicha enseñanza, y el Yoga es muchísimo más. Hay una foto o ilustración de un iceberg: la punta del mismo que queda fuera del agua sería lo que "se vería" sobre el Yoga, sin embargo, bajo el agua, hay una inmensa masa que nadie podría imaginarse en ningún momento, y el total de toda es enormísima masa del iceberg en su conjunto, podría ser Yoga...

Sin embargo hoy, me encuentro con que esta entrada, resume muy, pero que muy escuetamente, una parte de un libro de André Van Lysebeth que estoy leyendo, se trata de Prana (probablemente, el antecesor de Pranayama). Y pienso, que por mucho que leamos sobre la respiración, no será entendida a no ser que personalmente se haya recorrido un camino.

A pesar de ello, quiero comentar algo al respecto... cuando respiramos no sólo tomamos oxígeno, no sólo dependerá de la cantidad del mismo, de la calidad del mismo, de lo contaminado que esté el aire (que también). La respiración es el hálito de la vida, la energía vital es captada a través de la misma. Sin embargo, ¡somos tan poco conscientes de ello!. Nuestra respiración es pobre, incorrecta, inconsciente... hemos dejado de utilizar músculos respiratorios y somos casi incapaces de volver a ponerlos en marcha sin más. Tenemos un sistema respiratorio deprimido y nos lo hemos ganado a pulso. No obstante, somos el capitán de nuestro navío y en nuestra mano está el recuperar una respiración consciente y correcta, que nos aporte la energía vital necesaria. Para ello y sin lugar a dudas, busca en tu entorno y apúntate a clases de Yoga, porque no encontrarás nada que te haga recuperar el motor para captar la energía que tu ser precisa.


Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.

viernes, 13 de marzo de 2015

Soledad

Imagen de la página UPSOCL (*)


"La soledad es el imperio de la conciencia"

Gustavo Adolfo Bécquer


La soledad puede entenderse positiva o negativamente según la persona y las circunstancias. Si nos viene impuesta, es una sensación desagradable que puede derivar en autocompasión. Cuando muere alguien cercano a nosotros, nos sentimos solos y desprotegidos. No obstante, ese malestar es bien distinto, ya que obedece a causas externas.

La soledad, de hecho, es un estado natural y necesario en el ser humano que puede ser muy placentero. Las personas que viven en la ciudad, especialmente, se ven obligadas a viajar, trabajar y relacionarse con muchas personas, conocidas y desconocidas. La mente está expuesta a estímulos de toda clase, con lo que al final de la jornada uno se siente agotado y confuso.

En estos casos es necesaria una cura de soledad: quizá reservarse unos minutos al día de total inactividad, o pasar de vez en cuando un fin de semana en el campo sin más compañía que uno mismo. Y sin embargo, la mayoría rehuye esta idea. Se sienten tan lejos de su propio ser, que prefieren pasar el tiempo libre acompañados o embarcarse en cursos o convenciones sociales. El objetivo es no estar solos ni gozar de un minuto de reflexión.

Quien no conoce la soledad, tampoco puede apreciar el contacto con el mundo. La soledad es un bálsamo para entender el presente y proyectarse hacia el futuro.

Dos síntomas del miedo a la soledad
1.- Aceptar la compañía de personas que nos desagradan.
2.- Hacer cosas que nos aburren para no estar inactivos.


Para saber más

* Daniel Dafoe. Aventuras de Robinson Crusoe. Espasa Calpe, 1998.
* Gottfried Kerstin. 101 caminos para la serenidad. Océano, 2001.
* San Juan de la Cruz. Antología de poesía y prosa. Juventud, 1985.

...

Posiblemente más de una persona si lee esta entrada pensará "¡qué tontería, yo no tengo miedo a la soledad!" y tal vez sea así... Pero pensemos, ¿cuántas veces se conecta al llegar a casa, o al entrar en cocina o salón, la televisión por el mero hecho de "estar acompañados"?; ¿cuántas veces nos quedamos viendo la televisión aunque no nos guste nada de lo que hacen?, ¿o cambiamos de una cadena a otra, sin encontrar algo que nos retenga lo suficiente, en lugar de simplemente apagarla y hacer otra cosa (leer, por ejemplo)?.

La soledad es necesaria y es una oportunidad de autoconocimiento, de cambio y de evolución. No precisamos de compañía para realizar determinadas prácticas que nos aportarán un estado de calma y equilibrio durante todo el día. Hablo en este caso de una práctica meditativa, bastarán 5 o 10 minutos en soledad, realizando ejercicios de meditación todos los días, para sentirnos más conectados con nosotros mismos, serenos y con una perspectiva distinta con la que afrontar los quehaceres del día a día, las responsabilidades e incluso los reveses de la vida.

Lo que nunca, nunca debería de hacerse a mi parecer, es aceptar la compañía de personas que nos desagradan... una cosa es una comida familiar por ejemplo, en la que tal vez no tengáis una sincronicidad perfecta con todos los miembros, y otra muy distinta, quedar habitualmente con personas que os dañan o ejercen influencia negativa en vuestro ser, que os roban energía, que perturban la vuestra. Sin duda alguna, el refrán popular "más vale solo que mal acompañado" posee una inmensa sabiduría.

Añadir por último que no podría estar más de acuerdo con las palabras de Bécquer.

¡Feliz Fin de Semana! y dejad huequitos de soledad en el mismo.

Namaste.


Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.

(*) Justo estaba preparando esta entrada cuando en facebook vi un artículo compartido por UPSOCL sobre las 20 palabras más bonitas del idioma español, entre las que se haya, la Soledad con una preciosísima imagen. He querido compartirla aquí en este entrada. Si desde esta página o el/a autor/a de la misma considerara que debe ser eliminada, tan sólo debe indicármelo para hacerlo en el acto. ¡Gracias!.

viernes, 6 de marzo de 2015

El arte de conversar

"Cuando hables, procura que tus 
palabras sean mejores que el 
silencio".

Proverbio Hindú

Poco placeres son comparables al de la conversación reposada que sigue a un largo viaje o a una cena en intimidad. Sin embargo, para ello ha de crearse el ambiente adecuado.

Al igual que oír no presupone escuchar, hablar no equivale a conversar. Hablamos todo el día -con nuestros jefes, compañeros o vecinos- pero nuestras palabras sirven a un mensaje práctico o a mantener un determinado clima de cortesía. La buena conversación es un arte que requiere mesura y sensibilidad.

En la academia de Platón, los alumnos pasaban los primeros cuatro años aprendiendo a callar. Ésta es una cualidad indispensable para que pueda darse un verdadero intercambio de ideas.

Tan importante como expresar los propios pensamientos con claridad es saberlos acallar cuando nuestro interlocutor está hablando. A veces cometemos el error de preparar la respuesta antes de que la otra persona termine.

Toda nuestra atención tiene que estar concentrada en aquello que nos están explicando. La respuesta debe ser coherente con lo que se está tratando, ya que de lo contrario la conversación en lugar de avanzar se reduce a una serie de turnos en los que cada uno impone su discurso.

Las preguntas bien dirigidas pueden contribuir a profundizar en el pensamiento de la otra persona. Un poco de vino o una taza de té harán el resto.

Esta imagen la vi en redes sociales, pero
no sé dónde... me gustó tanto que he querido que formara parte de este post.
Si es tuya, sólo debes indicármelo para que la elimine.
Feedback: Es importante comprobar regularmente que lo que uno está contando interesa a la audiencia. Normalmente, basta con leer en los rostros de los interlocutores.


Para saber más

* Platón. El Banquete. Alianza, 1989.

...

Seguro que a todos os ha pasado alguna vez el estar con una persona o personas y que la charla fluya y fluya... la conversación versa sobre un tema, pero sin saber cómo, se va hilando y combinando con otras temáticas, formando un entramado variado y enriquecedor. Pasa el tiempo, pero nadie es consciente del mismo. Se crea una energía maravillosa y cuando no queda otra que marchar cada uno a sus hogar o a sus ocupaciones, todos se sienten pletóricos considerando que son esa/a persona/a se puede hablar que cualquier cosa... ¡Qué maravillosas son las charlas con amigos alrededor de un tecito!.

¡Feliz Fin de Semana!.

Namaste.


Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.