viernes, 6 de marzo de 2015

El arte de conversar

"Cuando hables, procura que tus 
palabras sean mejores que el 
silencio".

Proverbio Hindú

Poco placeres son comparables al de la conversación reposada que sigue a un largo viaje o a una cena en intimidad. Sin embargo, para ello ha de crearse el ambiente adecuado.

Al igual que oír no presupone escuchar, hablar no equivale a conversar. Hablamos todo el día -con nuestros jefes, compañeros o vecinos- pero nuestras palabras sirven a un mensaje práctico o a mantener un determinado clima de cortesía. La buena conversación es un arte que requiere mesura y sensibilidad.

En la academia de Platón, los alumnos pasaban los primeros cuatro años aprendiendo a callar. Ésta es una cualidad indispensable para que pueda darse un verdadero intercambio de ideas.

Tan importante como expresar los propios pensamientos con claridad es saberlos acallar cuando nuestro interlocutor está hablando. A veces cometemos el error de preparar la respuesta antes de que la otra persona termine.

Toda nuestra atención tiene que estar concentrada en aquello que nos están explicando. La respuesta debe ser coherente con lo que se está tratando, ya que de lo contrario la conversación en lugar de avanzar se reduce a una serie de turnos en los que cada uno impone su discurso.

Las preguntas bien dirigidas pueden contribuir a profundizar en el pensamiento de la otra persona. Un poco de vino o una taza de té harán el resto.

Esta imagen la vi en redes sociales, pero
no sé dónde... me gustó tanto que he querido que formara parte de este post.
Si es tuya, sólo debes indicármelo para que la elimine.
Feedback: Es importante comprobar regularmente que lo que uno está contando interesa a la audiencia. Normalmente, basta con leer en los rostros de los interlocutores.


Para saber más

* Platón. El Banquete. Alianza, 1989.

...

Seguro que a todos os ha pasado alguna vez el estar con una persona o personas y que la charla fluya y fluya... la conversación versa sobre un tema, pero sin saber cómo, se va hilando y combinando con otras temáticas, formando un entramado variado y enriquecedor. Pasa el tiempo, pero nadie es consciente del mismo. Se crea una energía maravillosa y cuando no queda otra que marchar cada uno a sus hogar o a sus ocupaciones, todos se sienten pletóricos considerando que son esa/a persona/a se puede hablar que cualquier cosa... ¡Qué maravillosas son las charlas con amigos alrededor de un tecito!.

¡Feliz Fin de Semana!.

Namaste.


Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.

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