viernes, 29 de enero de 2016

Cartas que hablan

"Nadie es más solitario que
aquel que nunca ha recibido
una carta"

Elías Canetti

La irrupción del correo electrónico ha hecho que muchas personas hayan abandonado el arte de escribir cartas (y por tanto de recibirlas). Hoy en día se considera un engorro tomar papel y empezar a garabatear con pluma o bolígrafo lo que dictan los pensamientos. Por si fuera poco, hay que buscar un sobre, escribir la dirección, comprar sellos y encontrar un buzón. ¡Qué gran pérdida de tiempo!.

Y sin embargo, éste es un ritual lleno de belleza. Al recibir una carta, nos llegan mucho más que palabras. El sobre y el papel hablan de la persona: tienen una determinada textura y color, tal vez incluso un poco de su perfume. La escritura revela el estado de ánimo de su autor, y puede ir acompañada de dibujos o de una hoja de otoño. Quizás cayó en el regazo de la persona y le hizo pensar en tí.

La más simple de las cartas tiene algo de reflexión y poesía. Es a la vez mensaje y mensajero. Ha recorrido un largo viaje hasta llegar a tus manos y tiene mucho que contar.

Imagen de la página Cultura colectiva

Siéntate en un café o en el salón de tu cada y escribe a alguien de quien hace mucho que no tienes noticias. Explícale tu situación, tus proyectos para el futuro, o pregúntale su opinión sobre algo que te inquiete. Tus pensamientos emprenderán un suave vuelo.

No hay peso más agradable que el de una carta en el bolsillo.

Sugerencia: Si te gusta "fisgar" en la vida privada de los grandes personajes, hay muchos libros que recogen la correspondencia de escritores, artistas y políticos. Entre las más conocidas están las de Van Gogh con su hermano (cartas a Theo) o las de Kafka.


Para saber más

* Franz Kafka. Cartas a Milena. Alianza, 1998.
* Lou Andreas Salomé & Rainer Maria Rilke. Correspondencia. Olañeta, 1997.

...

¡Que nostalgia y añoranza he sentido al leer y escribir este capítulo!... Hace tanto tiempo que no recibo una carta... menos mal que aún tenemos la maravillosa costumbre de enviar alguna que otra postal navideña. Porque claro, ahora no es sólo el correo electrónico lo que ha venido a reemplazar la comunicación escrita, sino que tenemos las redes sociales, la mensajería instantánea con whastapp e incluso los blogs, donde podemos dar rienda suelta a nuestros pensamientos y contar, no sólo a un amigo, sino a cientos y miles... a todo el que quiera pasarse por allí... además, también pueden comentarte, así sería como recibir varias contestaciones a tu "carta"... Pero la intimidad y la sensación que te embargaba como cuando recibías una carta de un ser querido creo que no se puede igualar.

Antes los buzones podían albergar noticias e incluso fotos de algún familiar o amigo lejano, ahora sólo recibimos facturas y abrimos nuestros buzones más por ritual y obligación que porque esperemos algo que nos mueva el corazón. Esto es complicado de explicárselo a los más peques, porque sienten que todo lo que llega va a nombre de mamá o de papá y no entienden porque nadie les "escribe" a ellos/ellas; y entonces comienzas a intentar explicar que la verdad es que casi es mejor no recibir nada (por las facturas). Aún así y en nuestro caso, hace bien poco que hemos añadido al buzón el nombre de nuestro peque y para él fue tanto una sorpresa como una alegría a partes iguales. Como digo, menos mal que todavía nos envíamos postales aunque sea de vez en cuando y menos mal que los niños si que piensan en escribirse y enviarse unas palabras el alguna ocasión "especial".

¡Feliz Fin de Semana!.

Namaste.


Nota: Capítulo sacado del libro "99 maneras de ser FELIZ y 99 recetas budistas para vivir con plenitud" de Gottfried Kerstin.

2 comentarios:

  1. Precioso. Me han dado ganas de ponerme a escribirle a alguien ahora mismo. ❤️😘

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    1. Te entiendo a la perfección Noelia, a mí me entraron las mismas ganas locas de escribirle a alguien ;^).

      ¡Gracias por pasarte y comentar!.

      Besotes.

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