Comencemos por definir qué es el
Prana, palabra sanscrita formada por
Pra, prefijo cuyo significado es
constante y
An que significa
movimiento, por lo que estaríamos hablando de
"movimiento constante". Este movimiento se inicia en el momento de la concepción de todo ser y sería la energía responsable de la vida. Por tanto, la fuerza vital original, la energía de vida.
Realizando
Pranayama, como prácticas respiratorias, estimulamos y acumulamos la mayor cantidad de
Prana, pero también, calmamos nuestra mente en su incesante parloteo.
La respiración es un movimiento totalmente automático y voluntario, pero nada mejor como realizarlo de forma consciente. La respiración es el hálito de vida, así que date tu tiempo y vivencia la experiencia siempre que puedas... conéctate con tu esencia de vida.
No obstante, hablaré de este
Pranayama como una práctica sencilla y al alcance de todos, pero en general, los ejercicios de
Pranayama siempre deben ser guiados por un/a profesor/a, por lo que, si estás interesado/a en una práctica de Yoga, busca un/a buen/a profesor/a que te guíe y te ayude a encontrar tu camino y a encontrar tu verdadero Ser.
Así bien,
Nadi Sodhana o Respiración Alterna puedes realizarlo como práctica habitual tomándote sólo 5 minutos de los 1440 minutos que componen un día. Visto de esta forma ¿sigues creyendo que no tienes tiempo?.
Los
Nadis son canales energéticos, y con la Respiración Alterna, realizaremos una purificación de
Ida (canal de la energía mental, situado en la izquierda) y
Pingala (canal de la energía vital y situado en la derecha). Los mismos están correspondidos con la fosa nasal izquierda, en el caso de
Ida y con la fosa nasal derecha, en el caso de
Pingala.
Para realizar la práctica, nos posicionaremos sentados y cómodos. Si tienes conocimientos, podrás sentarte en
Ardha Siddhasana. Si no es así, en cualquier caso, siéntate cómodamente y con la espalda bien recta. Con la mano derecha adoptaremos un
mudra, en este caso será
Nasagra Mudra: los dedos índice y corazón quedan extendidos y juntos, al igual que el dedo pulgar que queda también extendido; los otros dedos, anular y meñique, quedan cómodamente recogidos. Llevaremos índice y corazón y los apoyaremos en el entrecejo, apoyando a la vez el brazo en el pecho, para mayor comodidad. Cierra tus ojos. La cabeza declina un poquito apoyándose en el conjunto mano-brazo.
Ahora toma consciencia de la respiración, inhala y exhala alargando la misma, pero de forma confortable para tí, sin forzar. Para a continuación, proceder de la siguiente forma:
Exhala todo el aire.... Suavamente, tapa con el pulgar, el orificio nasal derecho e inhala por el izquierdo.
Tapa con el dedo corazón el orificio nasal izquierdo y exhala todo el aire por el orificio nasal derecho.
Por este mismo conducto derecho, inhala el aire, para a continuación tapar con el pulgar el orificio nasal derecho y abrir el orificio nasal izquierdo, exhalando todo el aire.
De esta forma habremos completado un ciclo completo. Continúa con tu práctica en este mismo orden realizando varios ciclos y concentrándote en tu respiración. Intenta igualar tiempos de inhalación y exhalación.
Cuando vayas a finalizar la práctica, recuerda realizarlo con la expulsión del aire por el conducto nasal izquierdo. Relaja ahora tu mano y tu brazo, dejándolos descansar al igual que tu extremidad izquierda. Realiza varias respiraciones todavía con los ojos cerrados. Lleva tu mirada internamente a la parte del entrecejo, a tu pantalla mental y observa los cambios producidos por esta práctica.
De esta forma habremos realizado una práctica al alcance de cualquier persona, sin contaje de tiempos de inhalación y exhalación, sin retenciones. No obstante, podrás beneficiarte de los beneficios de este Pranayama.
Para concluir indicar que puedes realizarla en cualquier momento de tu día.
Namaste.
